Enciclopedia de la historia y la cultura del pueblo judío, E. D. Z. Nativ Ediciones, Jerusalén 1999.
Día de descanso semanal, tras seis dias de trabajo, en el cual está prohibido realizar toda labor. En la Torá se mencionan dos fundamentos del Sh.: es una señal eterna «porque en seis días hizo Dios los cielos y la tierra, el mar y todo cuanto en ellos hay, y descansó el séptimo día; por lo que Dios bendijo el día Shabat y lo santificó» (Shmot – Éxodo 20:11); y: «… para que pueda descansar tu esclavo y tu esclava asi como tú… por lo tanto el Etemo, tu Dios, te ha ordenado que guardes el día Shabat» (Dvarim – Deuteronomio 5:1,4-1). El Shabat contiene dos principios: descanso y santidad. En Shabat el hombre brinda descanso a su cuerpo y a su alma, al tiempo que nutre su espíritu.
De acuerdo a la tradición judía, el Shabat fue santificado desde los días de la creación del mundo. Los Patriarcas y los lsraelitas lo respetaban aún antes de recibir la Torá (Shmot – Éxodo 16:23-25). Tras el éxodo de Egipto, durante seis días recolectaban el Man (maná) y eI sexto día recolectaban doble porción (léjem mishné – segundo pan) para Shabat.
Del Shabat se dice que es «una señal eterna», es decir que nunca va a ser anulado para el pueblo judío. La vida de un judío observante de los preceptos religiosos gira alrededor del Shabat: durante la semana se separa dinero para las necesidades del Shabat; no se emprende un viaje si no se tiene la seguridad de que se podrá interrumpirlo antes del Shabat; etc.
Los preparativos para el Shabat ocupan el día viernes. Los más religiosos toman la precaución de no realizar ninguna labor desde la medianoche, salvo aquéllas que tienen relación con el Shabat. Es una mitzvá (precepto) bañarse y vestir ropa festiva en honor al Shabat. Se anticipa la preparación de la comida, velas, vino y jalot (pan trenzado), se limpia la casa, se dispone la mesa en honor a la cena de Shabat. Se encienden velas unos 20 minutos antes de la puesta del sol del viernes (en Jerusalén unos 40 minutos), para agregar tiempo a la santidad del día; y se finaliza el Shabat una hora después de la puesta del sol del sábado por la misma razón. En la víspera y por la mañana del Shabat se dice una bendición sobre el vino (kidush). Se realizan tres buenas comidas durante el dia. A fin de «alimentar también al espiritu», es costumbre reunirse en la sinagoga el viernes por la noche y la tarde del Shabat, para estudiar.
En la víspera de Shabat se comienza la plegaria en la sinagoga con el Kabalat Shabat (recepción del Shabat): seis salmos de Tehilim por los seis días de la creación, y el poema Lejá Dodí de Shlomó Alkabetz; el salmo 92 constituye la parte fundamental del servicio.
El precepto fundamental del Shabat es «… no hagas obra alguna» (Shmot 20:10). La prohibición de realizar melajá (trabajo) es uno de los fundamentos del Shabat, reiterado en la Torá y en toda la Biblia. Por melajá se entiende todo trabajo productivo, no importa cuánto esfuerzo físico requiera. El paradigma de melajá, es la construcción del santuario en el desierto, en el cual se realizaron 39 trabajos denominados Avot Melajá (prototipos), de los que se desprenden los trabajos derivados. El tratado Shabat de la Mishná y el Talmud se refiere a las 39 labores y su desarollo; tratan todos los detalles respecto a dichas leyes, y cuándo una labor es considerada como tal, teniendo en cuenta su contenido y su intensidad. Los legisladores rabínicos ampliaron las prohibiciones para cuidar el marco del Shabat, aun cuando las mismas no figuran en la Torá.
Existen prohibiciones de Shabat por Muktzé – es decir, la prohibición de trasladar un objeto para evitar de que el hombre se tiente de realizar con él una tarea prohibida. Las leyes de Muktzé están explicadas en el Talmud y en el Shulján Aruj. Otra limitación en Shabat son las zonas por las cuales el hombre puede caminar, actuar y trasladar objetos. El primer precepto respecto al Shabat dice: «…estése cada hombre en su estancia» (Shmot 16:29). Los karaítam interpretaron literalmente las escrituras, rechazando la explicación rabínica de la Mishná y el Talmud, y entendieron que no se podía abandonar la casa. Empero, en esta legislación (la Ley Oral) se especifica que está permitido movilizarse dentro del Tjum Shabat, o sea una ámbito de unos 1.000 metros cuadrados. El traslado de objetos imprescindibles (por ejemplo, el coche de un bebé) es solucionado creando un ámbito delimitado por un cable denominado eruv.
En el Shabat se manifiestan valores elevados de la cultura judía tradicional ya sean religiosos, humanos y sociales, y es considerado como uno de los principales pilares de la vida judía y de la modelación de una sociedad más justa.