Por Egon Friedler
Sherwin Wine, creador del movimiento judío humanista en los Estados Unidos y líder del movimiento judío humanista en el mundo, falleció en el año 2007 a los 79 años, víctima de un accidente de tránsito, durante una visita a Marruecos. Su desaparición no solo constituyó una gran pérdida para su movimiento, sino también para el pueblo judío todo.
Sherwin Wine, hijo de inmigrantes judíos rusos, estudió filosofía en la Universidad de Michigan y en 1951 se enroló en el programa rabínico del Hebrew Union Collage, de tendencia reformista. Su primer cargo rabínico fue como capellán en el ejército norteamericano y más tarde actuó en el templo Beit El de Detroit. Asimismo organizó una nueva comunidad reformista también llamada Beit El en Canadá.
En 1963, un grupo disconforme con el templo Beith El de Detroit, le solicitó que forme con ellos una nueva comunidad. Al principio, el grupo solo estuvo formado por ocho familias, que junto con Sherwin Wine buscaron su propio camino en el seno del judaísmo. Wine creó una nueva liturgia basada en la historia, la ética y la cultura judía y eliminó de los servicios la palabra Dios. Esta decisión llevó a la creación de una nueva corriente en el judaísmo diferenciada de la ortodoxia, el conservadorismo, el reformismo y el reconstruccionismo.
La decisión de Wine de dirigir una comunidad que no reconoce a Dios produjo una intensa controversia. En diciembre de 1964 el diario “Detroit Free Press” en diciembre tituló de manera sensacionalista un artículo sobre la comunidad “ Un rabino suburbano se declara ateo”. Wine mismo no acepta esta definición. Su actitud filosófica coincide con el positivismo lógico y constituye una variante del agnosticismo. Para él, como no es posible ni negar ni confirmar la existencia de Dios, el concepto carece de sentido. Esta nueva visión del judaísmo llamó la atención más allá de la región de Detroit y publicaciones de la importancia de la revista “Time” y “The New York Times” le dedicaron comentarios. La congregación fue creciendo y en 1971 se instaló en su nuevo edificio en Farmington Hills, Michigan, hasta hoy sede central del movimiento en los Estados Unidos.
La energía inagotable de Sherwin Wine contribuyó a la creación de nuevas comunidades en el espíritu del judaísmo humanista (o judaísmo humanista secular) en distintas ciudades de los Estados Unidos y Canadá. Para unir a las diferentes comunidades creó en 1969 la Sociedad para el Judaísmo Humanista y en 1985 fue uno de los principales fundadores de la Federación Internacional de Judíos Humanistas Seculares, junto con el Prof. Yehuda Bauer y el juez Jaim Cohn de Israel.
Sherwin Wine dedicó la mayor parte de su tiempo a la vida judía, pero asimismo fue muy activo en los círculos humanistas generales en los Estados Unidos y contribuyó a crear varias instituciones tales como el “Comité Norteamericano de Humanismo” una federación de las seis principales organizaciones humanistas en los Estados Unidos y el Instituto Humanista de Nueva York dedicado a la formación de líderes.
Wine fue sobre todo un formidable educador. Sirvió como líder de su comunidad hasta su retiro en el 2003 y se dedicó a su labor de Decano del Instituto para los Estados Unidos y rector del Instituto Internacional de Judaísmo Humanista Secular. Gran orador, fue muy solicitado para dar conferencias en distintos ámbitos en los Estados Unidos. Líder carismático, con un gran encanto personal, formó toda una generación de jóvenes líderes para el judaísmo humanista y tuvo la satisfacción de asistir en Israel a la ceremonia de graduación de los primeros rabinos humanistas israelíes (exceptuando a Anat Malkin, que se graduó anteriormente en los Estados Unidos).
La obra de Sherwin Wine solo puede ser comprendida en el contexto histórico del mundo judío. Hacia la década del sesenta del siglo pasado la cultura Yidish que floreció en las primeras décadas prácticamente había desaparecido. Del mismo modo, perdieron impulso las organizaciones sionistas en los Estados Unidos y muchos judíos que no se sintieron afines a la religión perdieron todo contacto con la comunidad organizada. Sherwin Wine comprendió que era necesario crear nuevos marcos que reafirmen el sentido comunitario del judaísmo y al mismo tiempo busquen nuevos contenidos. La respuesta fue un sionismo actualizado, una visión de un judaísmo abierto al mundo, una revaloración de los valores éticos del judaísmo sin su carga teológica y un cultivo sistemático de la cultura judía en sus más variadas manifestaciones.
Sherwin Wine escribió varios libros entre ellos “Judaism beyond God” (1996, El judaísmo más allá de Dios) “Celebration : a ceremonial and philosophic guide for Humanists and Humanistic Jews ( 1988) “Staying sane in a crazy world” (Manteniendo la cordura en un mundo loco, que también fue traducido al español de 1995) e innumerables artículos en publicaciones como “Contemplate” y “Humanistic Judaism”.
Tuve el privilegio de tratar de cerca a Sherwin Wine y de colaborar con el libro que en 2003 se publicó en su honor ( A life of courage : Sherwin Wine and Humanistic Judaism).
Su breve visita al Uruguay a comienzos de la década del noventa fue inolvidable para el grupo que asistió a su magnífico seminario. Por una gentil invitación del rabino Daniel Kripper, Sherwin Wine realizó una brillante exposición el viernes a la noche en la sinagoga de la Nueva Congregación Israelita.
Compartí muchos encuentros con Sherwin Wine en Farmington Hills, Michigan, en Moscú y en Bruselas. Era un modelo de generosidad y de amplitud de miras. Tuvo esa cualidad que tan a menudo falta en muchos líderes : la capacidad de interesarse genuinamente por el prójimo, sea un modesto militante o un dirigente de fuste.
Con su muerte en 2007 desapareció un gran líder del pueblo judío, un pionero que abrió nuevas sendas para judíos que sin el judaísmo humanista se perderían para la comunidad. Una conocida revista norteamericana solía tener una sección denominada : “Mi personaje inolvidable”. Sin duda, Sherwin Wine será el personaje inolvidable de muchos miles de judíos.
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