Lic. Rafael Winter (Rufo)

Un 27 de julio del año 1656 es la fecha en la cual el filósofo Baruj Spinoza, de apenas 24 años en aquel momento, fue excluído de la comunidad.
¿Quién fue Spinoza? Fue un filósofo judío nacido en 1632 en Amsterdam; una de las mentes más lúcidas de su tiempo, de quien se dice que su filosofía “alcanzó una posición que se agranda con los siglos y que sólo comparten con él Platón y Kant”.
Se crió en un hogar tradicional judío sefaradí, “bebió” en fuentes judías: por ejemplo Maimónides. Quizás influído por el ambiente tolerante y liberal de la Holanda de aquel entonces, también por fuentes no judías en las que profundizó, conjuntamente con su racionalismo que se basaba en el gran filósofo Descartes, fue alejándose del judaísmo tradicional sin dejar de ser judío.
(De todos modos no es el objetivo de este breve artículo profundizar en su filosofía)
Su pensamiento y obras crearon las bases de la Crítica Bíblica aunque había algunos antecedentes. Ya de joven entró en confrontación con la «ortodoxia» judía de Amsterdam, que no iba en paralelo con el ambiente liberal y tolerante que se respiraba en dicha ciudad.
Aún bajo el trasfondo de la expulsión de los judíos de España y Portugal, los descendientes de aquéllos que en su momento habían sido expulsados y que vivían en Holanda, adoptaron métodos “semi-inquisitoriales” si cabe el término y al no conseguir que Spinoza se retracte de sus ideas –¿por qué debía retractarse? – decidieron hacerle el “jérem” (anatema) es decir excluirlo de la comunidad, lo que en la práctica realizó el tribunal rabínico.
La fórmula del jérem incluye conceptos horribles que no queremos mencionar aquí.
Por si esto fuese poco, se prohibió a integrantes de la comunidad acercarse a Spinoza. Todo esto cortó evidentemente los lazos con sus correligionarios. Pero no se desligó totalmente del judaísmo. Se dice que cuando falleció su padre (poco tiempo antes del jérem) fue a la sinagoga, seguramente a decir el Kadish.
En lo personal no me cabe duda que su pensamiento, e incluso en buena medida sus obras, reflejan, éticamente hablando, el auténtico y genuino espíritu judío.
Dejó como legado dos obras extraordinarias: la “Ética” y el “Tratado teológico-político”. Extraordinarias: más allá de coincidir o discrepar.
Murió en La Haya en 1677 a los 45 años.
Sí, es cierto: se alejó de las creencias judías clásicas tradicionales. Su concepto de D’os no era el tradicional judío. Para Spinoza, D’os y naturaleza eran todo uno: panteísmo. Podemos quizás no concordar con este concepto del ilustre: ¿y qué?
Hay quienes justifican el jérem en el contexto de la época. No comparto. No justifico y ni siquiera lo comprendo.
¿Excluir de la comunidad a alguien por sus ideas? Ni antes ni ahora. Quizás en algún caso excepcional por acciones absolutamente reñidas con la ética. No obstante, que yo sepa, el asesino de Rabin jamás fue excluído por las autoridades rabínicas, que son las que tienen la “potestad” de excluir.
Pero el problema no es solamente quiénes le hicieron el jérem en aquel momento.
A mi juicio el problema principal es que, habiendo pasado tanto tiempo, Spinoza aún no fue rehabilitado por las autoridades rabínicas (Juan Pablo II en su momento rehabilitó a Galileo Galilei).
Si mal no recuerdo, Ben Gurión, en su tiempo, intentó interceder ante quien correspondía, sin éxito.
Ya pasaron 360 años. Este jerem debe ser anulado. Esto no necesariamente significa concordar con sus ideas. Pero sí significa alzar la voz en defensa de la libertad de pensamiento, especialmente en materia religiosa y en defensa de la tolerancia también.

Biografía de Baruj Benito Spinoza (link a su biografia en «personajes»)

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