Rabino Andy Faur
Introducción
Las fuentes judías, los relatos del Tanaj y las festividades y eventos del calendario judío, nos trasmiten valores y enseñanzas. Empero, ¿son estos siempre positivos? ¿Siempre vale la pena enseñarlos y transmitirlos? ¿Estas enseñanzas muestran fehacientemente lo acontecido? Lag Baómer es un ejemplo interesante en la cultura judía de una celebración compleja y polémica.
La festividad de Lag Baómer es una de las menos conocidas dentro del calendario judío. Se festeja el dia treinta y tres del conteo del Omer (ל»ג = 33), es decir el día 18 del mes de Iiar. El Omer es la cuenta de las siete semanas o 49 días, que van entre el segundo día de Pesaj y la festividad de Shavuot – Festividad de las Semanas o Pentecostés.
No hay una razón determinante que explique su desconocimiento, pero sí es sabido que durante mucho tiempo la festividad no fue celebrada y en tiempos de JAZAL (sabios de la época de la Mishná y el Talmud, allá por los siglos III –VI e.c.) hasta se intentó borrar el festejo y su signficado original.
Lag Baómer con sus múltiples interpretaciones, fue incluída al calendario judío tardíamente, recién en el siglo XII, dándole un carácter nacional a la rebelión popular, liderada por Shimón Bar Kojva y Rabi Akiva.
En el siglo XVI se le sumó el aspecto místico que conlleva y permanece hasta el día de hoy. Según la tradición, es el día de la muerte de RASHBI, Rabi Shimón Bar Iojái, supuestamente autor del Zohar, libro central de la enseñanza mística judía, la Kabalá.
Otra tradición nos indica que en el día treinta y tres del conteo del Omer, también cesó una epidemia que afectó a los alumnos de Rabi Akiva por la que murieron 24.000 de ellos. Se cuenta que la razón de dicha plaga, fue porque no se trataban con respeto entre ellos…
Lag Baómer es la última conmemoración agregada al calendario judío tradicional hasta la época moderna.
Historia de una festividad
Lag Baómer recuerda la rebelión, conocida como la segunda o «pequeña”, del caudillo militar de Judea, Shimón Bar Kojva, contra el poderoso Imperio Romano de los años 132-135 e.c. La primera o «gran rebelión» de los judíos contra Roma encabezada por otro grupo de extremistas enardecidos, ocurrió entre los años 66 y 73 e.c., y concluyó con una flagrante derrota.
Bar Kojva fue acompañado y apoyado espiritualmente por el reconocido sabio talmudista de la época, Rabi Akiva, quien le otorgó la legitimidad espiritual necesaria para realizar y sostener esta iniciativa cuasi suicida. Lo consideró el Mesías y el Redentor de los judíos…
Bar Kojva y Rabi Akiva lograron arrastrar trás de sí a miles de combatientes judíos en pos de una victoria imaginaria sino pírrica.
Ésto, a pesar de la disparidad de fuerzas entre el muy motivado pero ingente ejército judío, frente a las muy superiores legiones romanas. Varios de los líderes espirituales importantes de la época, que abogaban por una resistencia pasiva a las fuerzas de ocupación, se oponían a esta rebelión.
El estado judío independiente, bajo el férreo gobierno del caudillo, duró sólo tres exitistas y efímeros años. Como era previsible, incluso en aquellas épocas sin grandes recursos de inteligencia militar, el Imperio Romano no podia tolerar a un puñado de judíos rebeldes que ponga en duda su hegemonía política-militar absoluta en la zona.
El cóctel mortal formado por el nacionalismo extremista representado por Bar Kojva junto al fundamentalismo mesiánico personificado en la figura de Rabi Akiva, llevaron al pueblo judío a una de las peores catástrofes de su historia.
El trágico resultado de la aventura fue: más de medio millón de muertos, centenares de pueblos y aldeas destruidos hasta los cimientos, la tierra de Judea arrasada y Jerusalem definitivamente devastada y prohibida para los judíos.
Sobre sus ruinas se construyó una nueva ciudad romana, Aelia Capitolina cambiando el nombre de la zona de Provincia de Judea por el de Provincia Sirio – Palestina.
Esta parte de la historia es habitualmente omitida del discurso y los festejos oficiales.
Como mencionamos, también en esta fecha se conmemora la muerte de Shimón Bar Iojái, uno de los principales alumnos y seguidores de Rabi Akiva, cuyo aporte al levantamiento judío no fue menor, siendo perseguido por los romanos hasta su muerte. Bar Iojái estuvo sus últimos años de vida escondido en una cueva, protegido y secundado por sus alumnos y seguidores.
En este contexto, merece especial atención la tradición de la muerte de los alumnos de Rabi Akiva. ¿Quiénes fueron en definitiva estos «alumnos»?
Seguramente no pacíficos y moderados estudiantes de la Mishná en la ieshivá, sino jóvenes fanáticos y radicales guiados por un mesianismo fundamentalista que aceleró la tragedia. Por lo visto tampoco entre ellos había mucha tolerancia y respeto ya que –por lo visto– terminaron enfrentándose los unos a los otros…
Festejos
En Israel los niños festejan Lag Baómer con arcos y flechas rememorando los días de la rebelión, encendiendo fogatas (Kumzitz). Las fogatas recuerdan aquéllas que encendían los rebeldes para comunicarse y organizarse o aquellas que encendieron los alumnos de Bar Iojái para despistar a los romanos y que no encuentren a su maestro.
En el Monte Merón, en el norte de Israel, se realiza en esta fecha la conocida como Hilulá (especie de celebración folklórica popular en honor de…) de Rabi Shimón bar Iojái y uno de los eventos masivos más impresionantes del país.
Al evento concurren cientos de miles de personas que realizan todo tipo de ritos y ceremonias atípicos a los del judaísmo tradicional, más parecidos a festivales del fuego de las culturas paganas europeas, con quema de muñecos estilo Vudú, una descontrolada Shjitá (matanza ritual) de animales para su consumo en el lugar y la desesperación de los concurrentes por postrarse sobre la tumba del Tzadik pidiéndole milagros y otras costumbres por el estilo.
En la Diáspora, Lag Baómer prácticamente no tiene presencia en el calendario de festejos comunitarios o familiares.
El Estado de Israel en camino (años ’30 y ’40) y el ya establecido (1948), imbuídos de la ideología sionista revolucionaria y nacional, influyeron decisivamente en el «renacimiento» del Jag como símbolo de heroísmo y su resignificación rebelde-militar. Lag Baómer es el día que se decidió la creación del PALMAJ (fuerza de choque de la Haganá, símbolo de una época y de la imagen del nuevo estado), de la Gadná (fuerzas militares juveniles y cuya insignia es un arco y flecha) o el día que se emitió la orden de crear a TZAHAL, Ejército de Defensa de Israel.
Conclusión
Hay voces interesantes y no poco polémicas como la de Avraham Burg, persona religiosa, expresidente de la Knéset y de la Agencia Judía, flamante miembro de JADASH (Partido comunista árabe–judío israelí) que llaman a no festejar, y borrar del calendario hebreo dicha celebración. Por cierto Burg es un personaje polémico y no representativo en el espectro ideológico o religioso israelí.
Es claro, por lo menos desde un punto de vista más humanista, moderado y progresista, que Lag Baómer es una fiesta complicada y difícil de digerir en cuanto a valores y mensajes.
¿El mensaje debería ser, quizá, volver a Ben Zakái? Rabán Iojanán Ben Zakái es conocido por oponerse a la primera rebelión contra Roma, haberse escapado de la Jerusalem sitiada por los romanos (con el aval del emperador) y haber sido el pionero y símbolo de la reconstrucción de un nuevo judaísmo en condiciones de minoría y sometimiento. Su lema fue «vive con ellos» a diferencia de Rabi Akiva que sostenia «incluso entregar el alma por la causa»… Ben Zakái transmite un mensaje de tolerancia, adaptación y convivencia.
¿Festejar o no festejar? ¿Transmitir y qué transmitir? Creo que éste es el desafío para un judío humanista, pensante y liberal, en este día.